Renzi: «En las próximas 48 horas se juega todo»
Referendo en Italia
El premier se refirió así a la consulta popular de este domingo, en el que los italianos votarán por sí o por no a una reforma constitucional que él promueve. Si gana el No, podría renunciar.
Discurso. El premier italiano, Matteo Renzi, durante un acto de campaña por el Sí a las reformas constitucionales. /DPA
- Julio Algañaraz
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Corresponsal en Roma y Vaticano
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jalganaraz@clarin.com
Italia está al borde de una crisis de nervios por la ansiedad y los temores que se viven a estas horas acerca de las consecuencias estilo salto en el vacío si la mayoría de los electores convocados a las urnas el domingo próximo vota “no” al referendo de reformas constitucionales propuesto por el gobierno socialdemócrata del premier Matteo Renzi. “En las próximas 48 horas se juega todo”, aseguró Renzi en Florencia donde su partido Democrático cerró la campaña electoral, tratando de poner contra la pared al 25% de indecisos, moderados y conservadores, de los 50 millones de ciudadanos convocados a las urnas.
Hace diez días el último sondeo autorizado indicó que el “no” vencerá por el 55% contra el 45% al “sí” renziano, para hacer reformas que reducirán notablemente las facultades del Senado, disminuirá de 315 a 100 el número de senadores que no serán elegidos por voto popular sino cooptados entre los consejeros de las veinte regiones italianas y los alcaldes de las áreas metropolitanas.
La reforma también eliminaría definitivamente las 108 provincias italianas y devolvería al gobierno central facultades en materia sanitaria, previsional y de otros importantes sectores que han sido transferidas a la gestión de las regiones.
Europa está en vilo ante la perspectiva que la derrota de Renzi, enfrentado en los últimos tiempos con los dirigentes de la Unión por las imposiciones de austeridad, tratamiento de los inmigrantes y cuestiones de presupuesto, cause un terremoto de volatilidad en los mercados y ponga en llamas los enfrentamientos políticos. La anunciada salida de la UE de Gran Bretaña, el llamado Brexit, y las polémicas por la hegemonía de Alemania y los países del norte del continente, que exigen mantener las cuentas de la austeridad en orden pese al sofocamiento económico de las economías del sur europeo, han puesto en peligro la continuidad del sueño europeo, especialmente la salud de su moneda única, el euro.
Una crisis a la italiana, país con una deuda pública del 133% de su PBI y con sus bancos en serios problemas de capitalización y créditos deteriorados (un tercio de los 990.000 millones de euros de préstamos “encallados” son italianos), hacen difícil el futuro si el “no” decapita a Matteo Renzi. Como estarán frágiles los equilibrios que el ministro de Economía alemán, Wolfgang Schauble, un conservador, dijo: “si yo fuera italiano votaría por el ‘sí’ en el referendo”. Un respaldo nunca visto por parte de los prudentes germanos.
El semanario alemán Der Spiegel sostiene que un resultado negativo podría llevar a “un desastre para toda Europa”. El País de Madrid afirma que la oposición y la minoría interna del PD han convertido al referendo en un plesbicito contra Renzi. The Independent de Londres cree que el “no” a Renzi “provocaria una oleada de pánico financiero en los mercados” y hasta “dañaría la economía del Reino Unido”.
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A Roma están llegando los votos de los italianos en el exterior. De los más de cuatro millones habilitados, sufragó más del 40%, la más alta cifra que se recuerde. Esto incluye a los que votaron en Argentina, en cuyo padrón hay 650 mil inscriptos. El voto de los italianos que viven fuera de las fronteras es muy importante. El premier Matteo Renzi cree que podría venirle un refuerzo notable para el “sí” que le permitiría hasta ganar el referendo. Todos los votos serán concentrados en un lugar especial y los partidos del “no” (la oposición más una minoría del Partido Democrático de Renzi) anunciaron que enviaran 200 veedores especiales a controlar “que no haya embrollos en los sufragios que vienen del exterior”. Si gana el “si” de Renzi el primer ministro se afianzará y se espera que la victoria calmará a los mercados, facilitará la reestructuración del vacilante sistema bancario y consolidará la compra de títulos públicos.
Si gana el “no”, el primer beneficiado será el Movimiento 5 Estrellas del comediante Beppe Grillo, que en los últimos tres años ha escalado notablemente en el consenso electoral, consolidándose como el principal competidor del gobernante Partido Democrático. Ambas fuerzas cuentan cada una con el 30% del electorado.
Los “grillinos” han conquistado en los últimos meses dos ciudades muy importantes, Roma y Turín, con jóvenes alcaldesas votadas por una ciudadanía harta de los viejos gobernantes. Actualmente el Movimiento cuenta con 91 diputados, 35 senadores, 88 consejeros regionales y 17 parlamentarios europeos.
Los partidarios de Beppe Grillo son los que han juntado más gente en los actos de la campaña electoral. Si triunfa el “no” habrán dado un importante paso hacia el poder central. Esto lo sabe Renzi pero también las fuerzas de centro derecha. Todos llaman “populistas” al Movimiento de Grillo, que se proclama una fuerza de cambio antisistema. Grillo y los suyos reclaman que si ganan haya de inmediato elecciones generales anticipadas y piden un referendo popular para salir de la “Eurozona” de 18 países que usan la moneda única, el euro.
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La victoria del “no” causará no solo turbulencias y movimientos sísmicos en los mercados financieros. También activará a la xenófoba Liga Norte, cada vez más empapada de ideas de extrema derecha. Su líder, Matteo Salvini, es un entusiasta del Brexit británico, de la francesa Marine Le Pen, lider de las derechas antieuropeas, y del presidente electo norteamericano Donald Trump.
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La tercera fuerza de la oposición es el centroderecha de Forza Italia de Silvio Berlusconi. Con 80 años y una reciente operación a corazón abierto, Silvio no puede aspirar a dirigir un gobierno después de haber sido tres veces primer ministro, dominado la política italiana durante veinte años y tantos festines con chicas jóvenes desvestidas que armaron escándalos a repetición. Ha perdido diez millones de votos y ahora aspira a ser un mediador. Berlusconi vota “no” pero en los que dirigen las empresas de su imperio predomina el “sí”, como entre la mayoría de los empresarios italianos, que quieren que Matteo Renzi siga al frente del gobierno. Si gana el “no” Berlusconi hará otra vez un acuerdo con el primer ministro para evitar que la incertidumbre descalabre a la estancada economía italiana, que no crece desde hace 15 años.
Source: Internacionales