El impacto del triunfo de Donald Trump en las ciudades más progresistas de Estados Unidos
Elecciones en EE.UU.
Cómo se vivió el día después de la elección en lugares como Washington, donde Hillary Clinton obtuvo el 92% de los votos
Algunos militantes anti-Trump sostenían anoche por las calles de Nueva York carteles que reachazan su candidatura (AP)
- Paula Lugones
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Washington. Corresponsal
- @PaulaLugones
La mayoría de los habitantes de las grandes ciudades estadounidenses se levantaron esta mañana con un mal humor insoportable: aún no podían creer que había ganado Donald Trump, un personaje que para los círculos más urbanos y progresistas del país es un personaje deleznable. Las redes sociales estallaron con mensajes depresivos sobre el futuro del país y circulaban mensajes sobre la posibilidad de irse a Canadá. En algunos lugares incluso se autoconvocaron a ir a trabajar vestidos de luto.
Trump triunfó con el voto abrumador de la clase media blanca del interior sin estudios terciarios. La mayoría son trabajadores de fábricas, de ciudades pequeñas o de entornos rurales. Por eso en las grandes urbes donde ganó por lejos Hillary muchos están en golpeados porque no vieron venir un fenómeno que crecía en la América Profunda. En Washington DC —una ciudad donde Hillary ganó por un apabullante 92% de los votos— y sus alrededores progresistas en Maryland y Virginia, algunos mensajes circulaban: “Estoy en shock, voy a ir de negro a la oficina hoy”, proponían, y muchos aceptaron la manifestación de repudio.
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Cristina Alvarez, una arquitecta argentina que vive en las afueras de DC, cumplió anoche una promesa que había hecho si ganaba Trump: se cortó el pelo al ras. “Esto es un retroceso de 150 años, hay racismo, un país dividido. Mi hija se despertó esta mañana y me preguntó quién había ganado. Le contesté y se puso a llorar con desconsuelo…”, contó a Clarín. “Ahora sentimos que estamos en el limbo…con un futuro incierto. Tengo mucho miedo”, agregó.
Cristina subió a Facebook una foto vestida con una remera que decía “Nasty woman” (“mujer desagradable”, como Trump le dijo a Hillary en un debate) con su pelo largo y una tijera. Al lado, otra con el trabajo hecho y su pelo rapado en repudio a la llegada del magnate a la Casa Blanca.
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