El príncipe William, tras los pasos de Lady Di, en defensa de los animales
En Hanoi, Vietnam
Reclamó más esfuerzo para combatir el contrabando mundial de especies. «Se sigue cazando rinocerontes, elefantes, leones, en una cantidad horrible», dijo. Y pidió a los gobiernos “una señal clara”.
El príncipe William de Inglaterra reclamó en Hanoi más esfuerzo para combatir el contrabando mundial de animales. AFP
Siguiendo el legado de su madre, la fallecida Lady Di, el príncipe William de Inglaterra reclamó hoy en Hanoi más esfuerzo para combatir el contrabando mundial de animales y para luchar contra los cazadores furtivos.
«No nos movemos lo suficientemente rápido para contener la crisis (…) La verdad es que seguimos a la zaga», señaló el duque de Cambridge durante su intervención en la sesión inaugural de la Conferencia internacional de Hanoi sobre contrabando de animales.
William, presidente de la organización United for Wildlife, afirmó que han aumentado los controles fronterizos para interceptar los cargamentos, pero los contrabandistas logran evadirlos.
Se ha aumentado la seguridad sobre el terreno con más guardabosques y, sin embargo, la brutalidad y el número de agentes muertos también continúa en aumento. «Se siguen cazando rinocerontes, elefantes, leones, en una cantidad horrible», subrayó el duque de Cambridge. Además, sigue al alza la demanda de marfil y de otros productos obtenidos de la fauna salvaje como objetos de arte o sagrados o para la medicina tradicional china o vietnamita, entre otros.
Datos recientes revelan un declive del 30% de la población de elefantes en África en los últimos siete años, lo cual según el príncipe William «confirma nuestros peores temores». Quedan entre 420.000 y 650.000 elefantes africanos salvajes y entre 40.000 y 50.000 elefantes asiáticos salvajes, según estimaciones de la organización Traffic. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza, la comunidad mundial de tigres salvajes ronda los 3.890 ejemplares.
Vietnam es un país de tránsito del tráfico ilícito de animales y productos resultantes de su explotación como marfiles, cuernos de rinoceronte y pieles de osos y tigres. El país comunista es además consumidor de esos productos, procedentes a menudo de África y destinados además a China y otros mercados asiáticos.
«Hacen falta gobiernos que envíen una señal clara de que el comercio de marfil es abominable», afirmó el príncipe, que reiteró el alarmante ritmo con el que merma la población de elefantes africanos.
Fuente: Agencias
Source: Internacionales
