Ante la baja del consumo por la pérdida del poder adquisitivo, los comerciantes ofrecen descuentos y promociones para repuntar las ventas. Sin embargo, muchos clientes se quejan de las “trampas” que se esconden detrás de las ofertas.
Por la caída en las ventas y el aumento de costos, las marcas y comercios de ropa comenzaron a liquidar productos de la temporada de invierno desde el inicio mismo de las bajas temperaturas. Los carteles con “OFF”, “Sale” o “Precios rebajados” se convirtieron en un elemento habitual de las vidrieras en los locales porteños.
Es que, con una inflación acumulada cercana al 30% en los primeros seis meses del año, los consumidores están cautelosos para no gastar por encima de sus presupuestos dado la caída del 5,5% del salario real según la Fundación Mediterránea.
Sumado a eso, no son pocos los clientes que, aún con descuentos prometedores, se rehúsan a comprar porque consideran que se tratan de un engaño.
Claudio Drescher, presidente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria, destacó a ámbito.com que “las ventas cayeron hasta un 20% en unidades en lo que va del año, y esta situación no puedo revertirse con las rebajas que comenzaron a realizarse en el inicio de la temporada invernal”.
Asimismo, las expectativas para el periodo de te”Liquidaciones por cierre demporada”, que se inicia el 1° de agosto y finaliza el 30 de septiembre, “son bajas” con respecto a un aumento de las ventas.
Las promociones, añadió el directivo, “perdieron su potencia como motorizador de la actividad” debido a la fuerte retracción del consumo a partir de la pérdida del poder adquisitivo.
Para Drescher, las rebajas constantes hacen que “se distorsionen los precios” porque es “imposible -con la inflación actual- establecer valores de referencia. Ningún cliente puede recordar el precio anterior”.
El presidente de Consumidores Argentinos, Sergio Procelli, coincidió con el empresario sobre la confusión de precios y resaltó a este medio que “hoy, es posible encontrar carteles de lo más creativos como ‘Liquidaciones por crisis’, ‘Descuento por remate judicial’, una estrategia de venta por fuera de lo que establece la ley”.
En medio de esa confusión, algunos comercios no cumplen con lo establecido en Ley 3.504, sobre acciones de promoción de ventas, vigente en el ámbito porteño.
De acuerdo a las denuncias más frecuentes de los consumidores, las trampas más frecuentes son:
Precios confusos. Sucede cuando el precio anterior y rebajado de un producto no está claramente legible, tal como lo establece la ley. También hay que tener en cuenta que el precio anterior es el que se aplicó a productos idénticos durante un mes en forma inmediatamente anterior al momento de la rebaja. De esta manera, está prohibido subir un precio un 20% y una semana después ofrecerlo con un porcentaje igual de descuento, por ejemplo.
Todo está junto. Se refiere a cuando un producto con precio rebajado está ubicado junto a otro con el valor de lista o con un descuento diferente, generando una confusión en el cliente. La ley dice, sobre este punto, que los productos deben estar separados, de manera que pueda distinguirse fácilmente qué porcentaje OFF se ofrece en cada caso.
“A veces te ponen un jeans al 20% menos, pero sólo talles pequeños, y al lado otro de la nueva temporada, para que no te entre el primero y te enganches con el segundo”, ejemplificó Procelli.
También en este punto entra la trampa de poner en una mesa “Desde $ 200” pero después se ofrecen a ese precio sólo unos pocos productos, y el resto están más caros.
Sin stock. Se produce el engaño al publicitar una rebaja pero cuando el cliente va a comprarlo se encuentra que no hay stock en el local. La norma dice que, si la publicidad se hizo a través de un medio de comunicación masivo, se debe informar el período de vigencia de la promoción, en tipología legible y lenguaje de fácil comprensión.
También establece que si, por efecto de la demanda se agota el producto, la promoción debe finalizar de forma inmediata y debe anunciarse ese hecho a través de los mismos medios que se utilizaron para su anuncio.
En caso de que esto no se cumpla, el consumidor tiene derecho a adquirir un producto equivalente al agotado, de similar calidad a idéntico precio al ofrecido en la rebaja de precios.
Procelli contó que, en caso de una denuncia, el vendedor tendrá que comprobar que se vendieron todas las unidades prometidas en la promoción.
Cierre definitivo. Sucede cuando un local anuncia su cese de actividades con el sólo objetivo de engañar a sus clientes con descuentos imposibles. Así, meses tras meses.
Según la ley, estas acciones se deben realizar por cierre o traslado de un local y no pueden extenderse por más de dos meses.
Otro punto es que está prohibido incluir en esta acción de ventas a productos que fueron adquiridos o incorporados al local dentro del período de liquidación.
Malas ofertas. Es cuando se ofrecen como “Oferta” una prenda de mala calidad o deteriorada. Constituye un engaño porque, bajo esta premisa, deben venderse productos de primera calidad, tal como el resto de los productos ofrecidos en el local.
Distinto es el caso de los saldos, que sí se trata de productos con un precio disminuido por deterioro, defecto de producción o por estar discontinuados o usados y reconstituidos.
La ley dice, sin embargo, que se debe informar la falla y las condiciones de los productos ofrecidos.
Frente a cualquiera de estas situaciones, los consumidores pueden realizar una denuncia ante Defensa del Consumidor, para lo será importante guardar el ticket de compra y todo material gráfico tales como revistas y folletos donde figure la promoción. También suma sacar fotos en el local.
Liquidaciones de invierno: ¿cuáles son los engaños más frecuentes?
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