En el centro de la ciudad, a plena luz del día, una joven fue drogada con escopolamina, droga más conocida como burundanga.
Sintiendo el paulatino entumecimiento de sus miembros, alcanzó a comunicar la situación a su familia, a través de la red social Whatsapp.
Advertida, casi providencialmente, por un diálogo previo con una tía psicóloga, la joven pudo evitar que quienes la drogaron cumplieran su objetivo: raptarla o asaltarla.
La afectada es Guillermina Rey, de 23 años, hija del exfuncionario municipal Mario Rey.
«No sentía las piernas»
La historia puede reconstruirse gracias a los post de un hermano de Guillermina, reproducidos también en el post del propio dirigente radical.
Mario Rey aseguró que su hija pudo advertir lo que le sucedía mientras chateaba con él.
Sólo instantes antes había accedido a cambiar su ubicación en el colectivo por pedido de una mujer que afirmaba estar descompuesta.
Tras pasar del asiento contiguo a la ventanilla al ubicado sobre el pasillo, la joven tomó contacto físico con la mujer, que le solicitó un pañuelo.
A los pocos minutos, Guillermina comenzó a sentirse mareada, con síntomas de extremo cansancio.
De inmediato se dirigió al fondo del colectivo. Advertida que su debilidad podría ser aprovechada por quienes le habían esparcido la droga, alcanzó a decir, a viva voz, que bajaría sola pues había subido sola.
Luego de perder el sentido por unos minutos, alcanzó a dirigirse a un comercio ubicado en la intersección de avenida General Paz y Humberto Primo, donde recibió ayuda y contención.
Desde allí, llamó a su padre, que la buscó minutos después y la trasladó a una clínica privada.
«La verdad es que tuvimos suerte. Pero estamos cansados de reportar estos casos en que la fortuna juega a favor», dijo el exfuncionario.
«La droga hace efecto por unas seis horas. Suponemos que le fue esparcida con un parche o algo similar. En estos casos, aprovechan un descuido», añadió.
[youtube url=»https://www.youtube.com/watch?v=gaGXIPKY3Vo» width=»560″ height=»315″]
La Burundanga
Denominada técnicamente como escopolamina, la burundanga es una sustancia que actúa como depresor en las terminaciones nerviosas y el cerebro. Por esta razón los primeros ejectos que produce son el adormecimiento de las extremidades y la dilatación de las pupilas.
En dosis altas puede causar convulsiones, depresión severa, arritmias cardíacas, insuficiencia respiratoria, colapso vascular y hasta la muerte. Aunque la Jefa de Intoxicología del Hospital de Niños sostiene que la consecuencia fatal es poco probable.