El rechazo del Ministerio de Trabajo al incremento salarial del 36% alcanzado entre la parte sindical y empresaria recalentó los ánimos en la paritaria aceitera. Anoche, el gremio que nuclea a los trabajadores del sector definió endurecer el plan de lucha que mantiene paralizadas hace 21 días cerca de 40 plantas industriales y la actividad portuaria del Gran Rosario.
La Federación de Aceiteros realizó una concurrida asamblea ayer en Rosario en la que se plebiscitó el preacuerdo del 36% de incremento y decidió movilizarse a San Lorenzo para bloquear los puertos de la zona. Se trata de un punto estratégico: en la ciudad santafesina los barcos están operando con normalidad debido a que el gremio local, de Pablo Reguera, no está adherido ni participa de las medidas de fuerza convocadas por la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina.
Actualmente, se calcula que hay en el Gran Rosario más de 80 embarcaciones de transporte de granos varadas a raíz de los piquetes. La protesta representa un sensible impacto para la actividad portuaria y cerealera, ya que cada barco supone un costo de 25.000 dólares por día.
El conflicto se extendió este viernes después de que la cartera laboral que conduce Carlos Tomada se rehusó a homologar el convenio acordado entre las partes. El sindicato que conduce Daniel Yofra atribuyó la negativa al hecho de que la cifra negativa perfora el “techo” salarial definido por el ministro de Economía, Axel Kicillof, en conjunto con las cámaras empresarias y gremios de la construcción, mercantil, y metalúrgica.
«Se había acordado el 36 por ciento de aumento y el ministerio no dejó que lo firmemos, directamente. Las patronales también podrían haber firmado por fuera y presentarlo en Mesa de Entradas, pero ante la negativa del Gobierno ellos también se corren y se ponen detrás del Gobierno», sostuvo hoy en declaraciones radiales el secretario gremial de la federación, Adrián Dávalos.
Este mediodía habrá una nueva audiencia en el Ministerio de Trabajo para destrabar la protesta que ya es la más larga de este 2015. Desde la parte sindical saben que la negociación se trata de un juego de pura fuerza: creen que “hay complicidad” entre los empresarios y el Poder Ejecutivo y una “bajada de línea” desde Economía para rechazar acuerdos superiores al 30 por ciento.
“Aceiteros no genera inflación, pero el aceite está regulado por un fideicomiso. Tiene un precio regulado y no se traslada a los precios el aumento de sueldos. No es una cuestión económica sino política”, amplió Dávalos.
Por su extensión y dureza, la paritaria aceitera se convirtió en los últimos días en un polo de referencia para los que todavía no cerraron aumentos este año. Anoche, la asamblea contó con la participación de organizaciones gremiales de otras actividades, grupos de derechos humanos y agrupaciones políticas.
Yofra, titular de la Federación, fue enfático en cuestionar a los sindicatos que acordaron un aumento del 27 por ciento, ya que están “dispuestos a perder salario”. “Son cómplices de los partidos y las políticas del Gobierno, que quiere controlar las paritarias fijando un techo. El Gobierno tiene un doble discurso. No es que no homologa el convenio; es peor, directamente lo niega«, afirmó en su discurso en la asamblea de anoche.