Caso Maria Fernanda Chicco: “Los psicópatas nunca se arrepienten de lo que hacen”

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“¿Si creo que la asesina de mi hija se arrepiente de lo que hizo? Para nada. Los psicópatas nunca se arrepienten de lo que hacen”. Javier Chicco se deshace entre la pérdida punzante y la bronca contenida.

Es el padre de María Fernanda Chicco (18), la estudiante de Cine y Televisión de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) que en febrero fue estrangulada por una adolescente de 16 años en Ceres, su ciudad santafesina natal.

María Fernanda había aprovechado el fin de semana largo de Carnaval para visitar a su familia. Pero, el domingo 15 desapareció y al día siguiente la encontraron muerta, con signos de haber sido estrangulada, en un predio donde se guardan postes a la vera de la ruta nacional 34, en el pequeñísima Ceres. Encima del cuerpo estaba su bicicleta.

En un primer momento se sospechó del exnovio de la víctima, quien fue detenido preventivamente, pero luego se supo que las cámaras de seguridad del corralón registraron el momento en que una adolescente de 16 años, actual novia del muchacho, arrastraba el cadáver de María Fernanda.

Los investigadores creen que la adolescente le tenía celos y por eso planeó atacarla. Aquel fin de semana utilizó el celular de su novio para citar a María Fernanda en un corralón, donde la esperó escondida. Cuando la estudiante llegó en bicicleta, la adolescente la atacó con un objeto cortante y luego la estranguló con un alambre.

“Gracias a Dios continúa detenida. Ojalá que la jueza la deje presa y se la juzgue con la mayor severidad posible”, dice Javier Chicco en comunicación telefónica desde Ceres.

Sucedió que, horas después del crimen, unas 700 personas se concentraron frente a la comisaría segunda de Ceres, de unos 14 mil habitantes, y forcejearon con policías, quienes impidieron el ingreso de los manifestantes más exaltados que intentaban linchar a la adolescente detenida.

Ante esto, la acusada fue trasladada a la sede de la Unidad Regional V de la ciudad de Rafaela, donde continúa presa.

“Findes” vacíos

El año pasado, María Fernanda, la mayor de los cuatro hermanos Chicco, llegó a Córdoba y alquiló una habitación cerca del Mercado Norte junto con una amiga del secundario. Probó suerte en Diseño de Indumentaria y Textil de la Universidad Siglo XXI, pero cursó unos meses y no le gustó. Este año intentó lo que realmente le interesaba y se inscribió en Cine y Televisión de la UNC. Nunca logró empezar el cursado.

“Esto es terrible, cada día la extrañamos más y se hace muy difícil soportarlo. Ella venía seguido de visita los fines de semana y lo más duro es cuando llega el sábado y nos damos cuenta de que no va a venir”, se quiebra Javier.

“El hecho de que no venga es terrorífico”, insiste el hombre. Y comparte: “Mi esposa Silvia y yo somos muy creyentes y nos refugiamos en la religión para soportar todo esto. Leemos mucho sobre la experiencia de padres que pasaron por situaciones similares. El dolor sigue, y la vida también”.

El crimen de María Fernanda tomó tanta repercusión que sus padres fueron recibidos por el vicegobernador santafesino Jorge Henn, a quien le expresaron la necesidad de endurecer las leyes en torno de los menores que cometen delitos gravísimos.

Miles de vecinos pidieron justicia por María Fernanda Chicco

Hubo muchas manifestaciones en Ceres y otras ciudades de Santa Fe para exigir justicia. La familia Chicco solicita que se cambie la carátula de “homicidio simple” a uno “premeditado y con alevosía”.

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: Dia a Dia

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