Para ganar popularidad, Nicolás Maduro obliga a los comerciantes a rematar sus productos

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Para ganar popularidad, Nicolás Maduro obliga a los comerciantes a rematar sus productos

Venezuela

Lanzó un ejército de fiscales para imponer rebajas obligatorias en más de 200 comercios de ropa, zapatos y accesorios.

Gente haciendo fila para comprar en Caracas (foto de Federico Parra, AFP)

Gente haciendo fila para comprar en Caracas (foto de Federico Parra, AFP)

Frente a la zapatería de Juan Vieira en Caracas, hay filas de más de 20 personas esperando para comprar sus productos. Pero Juan no está contento: «¿De qué me sirve vender si regalo mi producto?», dice a la agencia AFP. El cartel en la vidriera donde se anuncian las rebajas del 30% no lo puso él sino el gobierno.

Sumida en una crisis económica, con la inflación desatada y una grave escasez de alimentos, la Navidad promete ser austera en Venezuela. Pero el gobierno de Nicolás Maduro ha decidido dar un gusto a los ciudadanos, olvidando momentáneamente sus consignas contra el consumismo.

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A inicios de diciembre, lanzó un ejército de fiscales y militares para imponer rebajas obligatorias en más de 200 comercios de ropa, zapatos y accesorios de Caracas. Según las cuentas del gobierno, sus dueños habían aumentando los precios entre 300% y 500%.

«Nuestro presidente obrero nos ordenó garantizar los precios justos al pueblo y estamos cumpliendo. Estos sicarios económicos no podrán quitarnos unas Navidades felices», dijo el jefe de la Superintendencia Nacional para Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde), William Contreras, durante un operativo.

El sábado le tocó a la zapatería de Juan, en el centro histórico, donde la mayoría de tiendas ofrece descuentos obligatorios del 30% con el sello del gobierno, a veces escrito a mano: «Oferta Sundde» o «Descuento del 30% Sundde».

Con dos militares custodiando la puerta de la zapatería, los clientes sólo pueden entrar de dos en dos. La cajera aplica el descuento para que el precio se ajuste al beneficio fijado por ley en 2014.

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Gente haciendo fila para comprar en Caracas (foto de Federico Parra, AFP)

«Es arbitrario, es populismo puro. ¿Dónde está el remarcaje?», dice enojado Juan en la trastienda de un negocio que abrió en 1995.

Según el comerciante de 54 años, cuando los fiscales le revisaron los documentos, les mostró cómo los precios vienen marcados de fábrica y les demostró que estaba perdiendo dinero: debido a la alta inflación y el difícil acceso a los dólares para las importaciones, el precio de reposición de inventarios siempre se multiplica.

«Si seguimos a este ritmo, este mes se acaban los zapatos. Esto es para quebrar y cerrar», dijo. Sería la segunda zapatería que pierde Juan, luego de que en 2010 el gobierno de Hugo Chávez expropió el edificio donde funcionaba su otro comercio.

Pero el dolor de los comerciantes es la alegría de los consumidores. En un país acostumbrado a hacer filas eternas para adquirir comida a precios subsidiados, la espera para comprar ropa rebajada se hacen con gusto.

En un negocio donde las camisas se venden a menos de la mitad de la mayoría de los comercios, Yaroski Mendoza, una cocinera de 19 años, dice que la medida «es lo mejor que ha podido hacer el gobierno este año porque para comprarse una camisa, hay que dejar de comer».

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Gente haciendo fila para comprar en Caracas (foto de Federico Parra, AFP)

«Hay que aprovechar la oportunidad, porque al venezolano le gusta estrenar ropa el 24 o el 31 de diciembre. Es para darse un gusto», dice Isaac Quintero, oficinista de 28 años.

Pero también hay clientes que critican la medida, como Anis Rodríguez, ama de casa de 50 años: «Esta tienda está muy económica, es un regalo lo que te estás llevando. La pusieron a quebrar sin necesidad».

Según Mary, una encargada que prefiere reservarse su apellido, el local quedó «destrozado» cuando los fiscales llegaron el lunes a aplicar los descuentos. Cuenta que fueron «muy groseros» y que, sin revisar la documentación de la ropa traída de Panamá, pegaron los carteles con el descuento aduciendo que las «órdenes venían desde arriba».

«Es una bomba de humo porque, como no hay nada en el país, con algo hay que distraer», se lamenta Mary, temerosa de que su jefe llegue a cerrar el negocio si se mantienen las rebajas forzadas.

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Gente haciendo fila para comprar en Caracas (foto de Federico Parra, AFP)

No es la primera vez que Maduro lucha contra su baja popularidad obligando a los comerciantes a rebajar sus precios en temporada navideña.

En 2013 obligó a una cadena de electrodomésticos a aplicar descuentos de hasta 70%, en una medida que desató avalanchas de compradores compulsivos.

Según la presidenta del gremio Consecomercio, Cipriana Ramos, «se está obligando a los comerciantes a vender por debajo de los costos”: “El comercio irremediablemente va a la quiebra».

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Source: Internacionales

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