Oberman: «Me sorprendió ser titular y tener a Messi sentado en el banco»
Argentinos por el mundo
El exjugador de River, Argentinos y la Selección Juvenil repasa una historia inolvidable con Leo. Hoy vive una aventura singular en la liga de India: los rituales, la comida, el tránsito, las apuestas… Un relato atrapante.
Gustavo Oberman cuenta su experiencia como futbolista en la India.
- Mariano Verrina
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mverrina@clarin.com
La única vez que lo había visto hasta ese momento había sido en el supermercado de Apu, en Los Simpson. Pero ahora el contexto es diferente: está en el medio de la calle, es uno más dentro de la multitud que se mueve. Y ahí adelante está él: Ganesha, el dios con cabeza de elefante. Gustavo Oberman está lookeado para la ocasión. Tiene puesta una kurta, una especie de camisaco largo que llega hasta sus rodillas, y en la cabeza un turbante rojo, con detalles dorados. Se encuentra con sus compañeros de equipo, con los directivos del club, y juntos caminan rumbo al altar. Se sacan el calzado. El brahmán (el sacerdote de nivel superior en el sistema de castas) reza y canta. Oberman agarra un plato de metal del que sale fuego. Lo mueve, se lo van pasando entre los jugadores. Algunos empiezan a filmar con sus celulares. “El día de Ganesha es impresionante y multitudinario. Cortan la calle en el centro de la ciudad y hacen como si fuera un templo popular”.
Oberman está a más de 15 mil kilómetros de sus hijos y a ocho horas y media de diferencia horaria. Cuando ellos vuelven del colegio en Quilmes, él ya está durmiendo en un hotel en Pune. Pune es la séptima ciudad más grande en la India. Cuando recibió la propuesta, lo primero que preguntó Oberman fue por cuánto tiempo. La liga es nueva, dura sólo cuatro meses. Entonces sí.
¿Entonces? Hay que ir a la India. Hay que contarles a Jonás, su hijo de 9, y a Keisi, su hija de 6. “Fue duro, al principio no lo entendían, la última vez que me había ido (a Chile) ellos habían venido un tiempo, entonces pensaban que sería igual. Me preguntaban si la India era cerquita… Es difícil. También se complica por el horario. Ellos van a la escuela doble escolaridad. Entran a las 8 y salen a las 17.30, que acá ya son como las dos de la mañana. Todos los días me llaman a la mañana y los voy acompañando en el camino al colegio”, cuenta Cachete. El delantero del Pune City. El de Quilmes, Argentinos Juniors, Olimpo, el que se dio el gusto de jugar en River. El que ya pasó por España, Rumania y Estados Unidos. El que siempre será recordado por ganarle el lugar a Lionel Messi en el Mundial Sub 20 que ganó la Argentina en 2005.
-¿Qué puede hacer un jugador argentino que está solo en la India?
-La verdad, no hay muchas cosas para hacer. Por eso no traje a mi familia, no es un lugar para vivir. El día a día es bravo: desde que empezó el campeonato estoy en el hotel nomás. No salgo ni a la calle. Nos entrenamos y volvemos. Hay algunos shoppings para ir a caminar un poco, pero como son nuevos tienen apenas dos o tres tiendas en un espacio que es gigante.
-¿Qué te sorprendió?
-Lo primero fue el clima: es agobiante. Es muy pesado, muy húmedo, exageradamente húmedo. Siempre llovizna y hace ese calor que sofoca. Siempre nublado… Y después, la cantidad de gente que hay en la calle. Es impresionante. Coches, motos, taxi-motos, colectivos… Se meten por cualquier lado. No respetan a nadie. Agarran contramano y van. Por ejemplo, hay un horario en el que el tránsito está trabado rumbo al norte, entonces los autos se pasan al otro carril y van de contramano. No hay multa, nada. Otra cosa: en los semáforos doblan para donde sea. Acá lo raro es doblar a la derecha porque manejan como en Inglaterra (volante a la derecha) pero los tipos doblan igual. No es que esperan a que haya una flecha o dan la vuelta manzana… O giran en u en cualquier esquina.
-Tuviste algún problema con la comida…
-Sí, todo es picante. Muy picante. No se puede comer. Había algunos compañeros a los que un poco le gustaba, pero después terminaban con lastimaduras en la boca. Entonces, comíamos pollo y pasta. Pollo y pasta.
Y en medio de toda esta nueva vida, hay fútbol. Una Superliga que nació en 2014 pero que ya es la tercera más vista de todo el mundo. La ecuación es simple: más de mil millones de personas viven en la India, y además se transmite en Inglaterra y en los países árabes. Apenas ocho franquicias participan de la Liga y representan a las ciudades más importantes del país. El Pune de Oberman está gerenciado entre otros por la Fiorentina, de Italia y por Hrithik Roshan, actor de Bollywood.
“Los indios nos dejan manejar el grupo a nosotros, los extranjeros -explica Cachete-. Más allá de que juegan bien, no tienen la experiencia que tenemos nosotros, entonces los vamos llevando”.
-¿Cómo se vive un vestuario en la India?
-Pasa algo raro: en los entrenamientos los indios ponen música. Tenemos un equipo y ahí ellos eligen. Los sonidos son lindos, la letra no se entiende nada, obviamente, pero bueh, es linda. Pero en los vestuarios no hay música porque te sacan los teléfonos. No te dejan entrar nada que tenga conexión a Internet.
-¿Por qué?
-Por las apuestas. Si te llegan a encontrar con un teléfono en el vestuario se pudre todo. El negocio de las apuestas acá es muy grande y quieren evitar los arreglos de partidos.
Oberman ya terminó de cenar en el hotel con sus compañeros de equipo, entre ellos el ex Barcelona Eidur Gudjohnsen. Ahora está en su habitación, listo para dormir. Acá son las dos y pico de la tarde y allá casi las once de la noche. Mira series, escucha música y cada tanto escribe en “Una aventura en la India”, la página de Facebook que creó compartir todo lo que está viviendo.
-A la distancia, ¿cómo recordás aquel Mundial en el que arrancaste como titular y Messi fue al banco?
-Fue raro, a mí también me sorprendió verme en el equipo. Messi ya había debutado en Barcelona y, aunque venia de algunas lesiones, todos esperábamos que fuera él quien entrara por la lesión de José Sosa, pero bueno me tocó y en aquel momento lo aproveché. Ahora lo vivo como un orgullo: haber jugado con Messi, poder contárselo a mi hijo, mostrarle esos partidos…
-¿Ya se notaba que iba a ser un crack?
-Sí, se notaba mucho, se veía en cada práctica, lo competitivo que era y las condiciones que tenía. Pero ver a lo que llegó supera todo lo que cualquiera podía haber imaginado.
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Source: Deportes