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De aquellos tiempos en Independiente el hincha recuerda, además de los goles, los rulos y el atrevimiento en cada gambeta de Brailovsky, la repercusión que tuvo su mala relación con Ricardo Bochini. Se decía que estaban peleados, que el Bocha no le pasaba la pelota, que estaba celoso porque la hinchada también había adoptado entre sus preferidos al delantero que venía de All Boys, que se puteaban en medio de los partidos… A la distancia, el Ruso no sólo no le escapa al tema sino que muestra una llamativa autocrítica:“Yo era un nene que se encontraba con grandes ídolos, entre ellos nada menos que el Bocha. Y era calentón, no me comía ninguna. Posiblemente, como buen nene agrandado que era yo, a él le habrán molestado algunas actitudes mías. Hoy nos llevamos bárbaro y hablamos del tema varias veces. Con el tiempo entendí que el equivocado fui yo, porque era yo, el pibe nuevo, el que tenía que acercarse al ídolo. Pero te aclaro que no hubo trompadas, ni peleas, ni nada tan grave…” Daniel Brailovsky llegó a Independiente para el Nacional de 1980 y enseguida se convirtió en figura de ese equipo que perdió la semifinal contra Racing de Córdoba: jugó 16 partidos y convirtió 9 goles. Luego participó del Metropolitano 1981 (25 y 9), el Nacional 81 (18 y 3) y el Nacional 82 (16 y 6). En total fueron 75 partidos y 27 goles, su mejor producción en el fútbol argentino.
Source: Deportes