Cantautores: cómo hacer canciones lejos de la zona de confort

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Tres músicos influyentes en distintas áreas del terreno de la canción acaban de editar nuevos trabajos. Lisandro Aristimuño, surgido en la década 00, se convirtió en un faro para una nueva generación de cantantes y compositores. Leo García, que apareció en los 90, iluminó nuevos terrenos para el pop, y Javier Beresiarte hizo escuela en el indie platense de los 80. En 2016, los tres muestran una saludable intención de desmarcarse de sus respectivas zonas de confort.

Desde el comienzo, Aristimuño se caracterizó por su capacidad para combinar fluidamente programaciones e instrumentos orgánicos. Constelaciones, su sexto álbum de estudio, es el primero que realiza sin su banda, los Azules Turquesas, optando esta vez por un trío básico integrado por Javier Malosetti, Sergio Verdinelli y Ariel Polenta (también co-productor del disco), a los que se suman ocasionalmente Nico Bereciartúa en guitarra, y algunos vientos. Alejado de la folktrónica, Lisandro entrega un trabajo luminoso y esperanzado, cuya producción despojada permite que las melodías lleguen al oyente con su belleza intacta. Hay folk (la conmovedora «De nuevo al frío»), rock y hasta algo parecido al blues en «Una flor», con Nico Ibarburu en guitarra. La influencia más notoria son los Beatles, desde Harrison en «Hoy, hoy, hoy», hasta McCartney (en casi todas), tamizadas por el inconfundible sello Aristimuño, que en Constelaciones asume el riesgo de saltar sobre sus propios clichés.

Música del corazón, el trabajo de Leo García producido por Litto Nebbia es, al igual que El Palacio de las Flores, que realizara el rosarino junto a Andrés Calamaro, un disco a dúo en todo menos en el nombre. Incluye una mayoría de temas compuestos por Litto -en algunos casos especialmente para el disco-, un par de canciones nuevas de Leo junto a su co-equiper Pablo Schanton, y algunas versiones. La conjunción es feliz en todos los sentidos: la producción de Nebbia -que se hace cargo de la mayoría de los instrumentos- destaca la expresividad de García como cantante y su inusual versatilidad, capaz de imprimirle el sentimiento exacto tanto al tango «Paseo de Julio» como al «Yo no pretendo» de Moris.

Milano es el nombre grupal que ha elegido Javier Beresiarte para su debut como solista. Figura de culto de la escena platense, Javier fue bajista de Las Canoplas, y la huella que dejó esta banda puede verse en las figuras que lo secundan en este retorno, como Manuel Moretti de Estelares, que participa en «Acompañar», Alfredo Calvelo -productor del álbum- y Mato Ruiz. Con un sonido de refinado power pop, Beresiarte se muestra como un consumado artesano, con canciones plenas de ganchos y estribillos, y letras de amoríos (en su mayoría frustrados) entonadas con cierta ironía y desdén. Hay ecos de Virus, Estelares y, por supuesto, Las Canoplas en Trueno Naranja, que pide a gritos un lugar en la radio.


Source: Musica

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