«A los de seguridad: estoy muy solito. Que suban dos hombres», dijo Iggy Pop en su cuasi español mientras sonaba «Repo Man». Y los dos hombres fueron tres, y luego unos treinta, y la situación estuvo a punto de desmadrarse entre tironeos que merecieron sendos «¡tranquilos!» y un áspero «¡no me agarres!» para un poguero especialmente atrevido.
El descontrol fue -cómo no- el eje de un set que la Iguana empezó y terminó entre el público, con hits de su carrera solista («Real Wild Child», «Lust for Life», «The Passenger»), varias canciones de los Stooges («No Fun», «Search and Destroy», «I Wanna Be Your Dog») y apenas un tema de su último disco Post Pop Depression («Gardenia»). Un adiós sentimental con «Candy» y, de nuevo, las luces encendidas, Iggy estrechando manos y el staff de seguridad ganándose el sueldo con creces.
Antes, por los tres escenarios armados en Tecnópolis, pasaron los británicos The Libertines (en su primera visita a Argentina), los locales El Mató A Un Policía Motorizado, la española Mala Rodríguez y la agrupación colombiana Bomba Estéreo, entre otros. El festival tendrá su jornada final este sábado 15, con Pet Shop Boys, The Flaming Lips, Wilco y Peaches como números principales.
Iggy Pop llevó el pogo al escenario del BUE
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