Wauchula Ghost lleva meses hackeando perfiles asociados a EI, en los que cambió el nombre de usuario por I Love Porn (Me gusta el porno) y publicado tuits con imágenes de mujeres desnudas y mensajes de paz. “A Estado Islámico
no le gusta el porno. No les gustan las mujeres, en general”, explicó en una entrevista a The Washington Post.
Anonymous lleva meses usando pornbots, cuentas automatizadas con contenido pornográfico, imágenes sexys, no muy explícitas, que, además de atacar las cuentas, sirve para monitorizarlas. Detrás del sabotaje a las redes sociales se encuentra la intención de disminuir la presencia del Estado Islámico en Internet, un medio que no dudaron en usar para difundir sus mensajes y reclutar gente.
“El último beneficio de tomar estas cuentas es que estamos creando confusión y desconfianza. El Estado Islámico no está seguro de qué cuentas son buenas y cuáles no. Nunca saben detrás de qué cuenta se esconderá Ghost”, declaró a Softpedia.
En Estados Unidos se criticó la actividad de Anonymous porque, al tomar las cuentas del Estado Islámico, interfieren en las investigaciones federales, que monitorizan esas mismas cuentas. “Quizá sí, quizá no”, se defendió Wauchula Ghost. “De la forma en que lo veo yo, el Estados Islámico va a seguir creando nuevas cuentas tanto si las tomamos o las suspenden. Nosotros sólo ayudamos a exponer sus localizaciones”.
Por otra parte, la estrategia de publicar imágenes pornográficas también se criticó, y entre los argumentos que se dieron es que estos contenidos pueden ser vistos por los menores o colectivos sensibles. “Para mí”, explica el hacker, “se trata de determinar un objetivo apropiadamente y asegurarse de que estás apuntando al enemigo real más que a los musulmanes o a los vulnerables”.
Anonymous usa la pornografía como arma contra ISIS
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