El área de bosque nativo de Córdoba disminuyó de 12 millones de hectáreas a comienzos del siglo XX a sólo 594.000 en 2012, mientras que entre 1998 y 2002 la provincia «alcanzó niveles de deforestación comparable con los máximos mundiales», señala un informe publicado ayer por la Agencia universitaria de comunicación de la ciencia, el arte y la tecnología (UNCiencia).
El estudio difundido por la agencia que depende de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) da cuenta de que la Provincia es una de las más deforestadas del país en el transcurso de la historia reciente, un proceso «que obedece, principalmente, al corrimiento de las fronteras agropecuarias, resultado de la implementación de un sistema de producción agroindustrial basado en la siembra de transgénicos y el uso de agroquímicos».
El informe fue realizado por el biólogo de la UNC, Lisandro Agost, a partir de una investigación destinada a evaluar el cambio de cobertura arbórea de Córdoba durante el periodo 2000-2012, utilizando imágenes satelitales en sistemas de información geográfica, a escala provincial, departamental y local.El estudio especifica que a comienzos del siglo XX, Córdoba poseía 12 millones de hectáreas de bosques nativos originales mientras que en 2012 quedaban sólo 594.000 hectáreas, «una cifra que cada año sigue reduciéndose, a pesar de que la sanción de la Ley Nacional 26.331, de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques, que redujo considerablemente la tasa de desmonte desde 2012».
Precisa que «entre 1998 y 2002, Córdoba alcanzó niveles de deforestación comparable con los máximos mundiales; y entre 2002 y 2006, esos índices se ubicaron entre los más altos de Argentina».
No obstante, aclara que si además «se contemplan arbustales, matorrales, sabanas, pastizales y roquedales, la superficie cubierta actual asciende casi a dos millones de hectáreas.
La intención de Agost es construir una plataforma interactiva que permita ordenar y localizar los datos, de modo tal que cualquier persona pueda consultar y descargar información actualizada de la situación de cobertura arbórea de determinada región provincial.
La idea es brindar una herramienta empírica que permita determinar causas, consecuencias e impactos de la deforestación a corto y largo plazo.
Según Agosto, «poner al alcance esta información sistematizada es de suma importancia, ya que hasta el momento para acceder a este tipo de datos se requiere de investigaciones específicas, que no están disponibles a todos los actores que las requieren».
«La carencia básica de las organizaciones de base, ambientalistas, instituciones o cooperativas de servicios públicos, pero también de los propios Estados, radica en la falta de acceso a la información actualizada de la situación del bosque en las cercanías de las localidades y los departamentos», señaló el biólogo.
También consideró que estos datos «permitirían tomar decisiones tendientes a revertir los procesos de pérdida de bosque nativo, pero también construir líneas de acción, pautas para el desarrollo y la planificación urbana».
A través de un comunicado, Uniciencia destacó que a partir del procesamiento de los datos se pudo comprobar que del total de un millón y medio de hectáreas cubiertas con árboles el año 2000, que representaba un 9,07% del total provincial, se perdieron 151.054 hacia el 2012.
Además, señala que el análisis cronológico permitió observar dos momentos en los que se produjo una pérdida significativa de hectáreas: 2004 (22.476 hectáreas) y 2007 (20.220). A partir de este último año la cantidad de hectáreas perdidas decayó hasta 2012, cuando la cobertura de árboles ocupaba solo un 8,21% del territorio provincial (1.360.666 hectáreas).
Según el trabajo, los cinco departamentos con mayor superficie cubierta arbórea son San Javier, Punilla,
Sobremonte, Calamuchita e Ischilín, con rangos de superficie cubierta que van del 24% al 34%, en tanto que departamentos que perdieron más de 8.000 hectáreas son Cruz del Eje, Sobremonte, Río Primero, Río Seco, Ischilín y Tulumba.
Esta última en el periodo evaluado perdió 30.793 hectáreas y solo ganó aproximadamente 16 hectáreas, una relación de 1.942 veces perdido sobre ganado.
En su trabajo, Agost advierte que para detener el proceso de pérdida de superficie arbórea en Córdoba es necesario implementar acciones mitigadoras a nivel local y provincial, evaluar las leyes y reglamentaciones existentes que ayuden a la recuperación y preservación del bosque nativo, efectivizar aquellas que no se aplican, modificar las que son cuestionadas o ineficientes y generar nuevas.