Tregua para el dólar gracias a Hernán Lacunza pero el mercado espera opiniones de Alberto Fernández

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Hernán Lacunza logró sortear una prueba complicada en el primer día de su gestión como ministro de Hacienda. La estrepitosa caída de bonos y acciones argentinas en Wall Street del lunes no se contagió al tipo de cambio y ya esto resultó un triunfo.

Sólo con USD 112 millones de ventas por parte del Central en el mercado contado y también operaciones en futuros de corto plazo (agosto y septiembre), la cotización cerró debajo de los $55 en el mercado mayorista, apenas por debajo del nivel del viernes.

Pero este comportamiento del dólar se entendió como una tregua para darle tiempo a Lacunza para que se acomode. En realidad, los inversores siguen esperando definiciones del candidato de Frente de Todos, Alberto Fernández. Sus confusas declaraciones sobre una posible renegociación de la deuda, luego relativizadas por Guillermo Nielsen -su referente económico- provocaron un fuerte impacto, sobre todo en la cotización de los títulos públicos.

Guillermo Nielsen, uno de los economistas de Fernández (Foto Infobae)

La tranquilidad cambiaria local no generó entusiasmo ni logró contagiar a otros activos. El riesgo país se mantuvo en zona de alta peligrosidad, arriba de los 1.850 puntos, mientras que las acciones que cotizan en Nueva York arrancaron bien y la mayoría terminó neutra. Hubo solo algunas excepciones puntuales como el caso de Pampa, que recuperó poco más de 3% en dólares.

Claramente, mientras continúen las dudas sobre la voluntad de pago de Alberto Fernández en caso de ganar la elección, los bonos seguirán muy débiles. Y esto es una amenaza latente que en cualquier momento podría volver a poner presión sobre el dólar.

En lo que respecta al dólar hubo un bajo nivel de operaciones y muy escasa oferta de privados. Tanto Lacunza como el titular del Central, Guido Sandleris, dejaron en claro que es prioritario mantener tranquilo el tipo de cambio en los próximos meses, apuntando incluso a la entrega de mando del 10 de diciembre. Aunque no lo dijeron, quedó la sensación de que el Central podría salir a jugar más fuerte -léase vender reservas más agresivamente- para controlar la volatilidad cambiaria si fuera necesario.

Esta postura choca con ciertas «recomendaciones» que hace pocos días dio Fernández cuando le pidió al Gobierno que «cuide las reservas». Pero desde el Central tienen que dejar claro que es la única alternativa si se quiere evitar un salto cambiario mayor. Enfatizaron además que el tipo de cambio se encuentra en un nivel competitivo. Es decir, que el peso no precisa seguir en caída.

Una jornada sin sobresaltos en la cotización de la divisa fue festejada ayer por Lacunza, que pasó su primer «test» luego de reemplazar al muy debilitado Nicolás Dujovne en el palacio de Hacienda. Sin embargo, él mismo se preocupó en aclarar que el proceso electoral genera incertidumbre y hasta dio a entender que cada señal que esté dispuesto a dar Alberto tendrá repercusión en las cotizaciones.

Tras la baja en la calificación de riesgo de los bonos por parte de Fitch y Standard and Poor’s, las palabras de Fernández sobre una posible renegociación «uno a uno» con los bonistas tuvieron un impacto muy negativo. El riesgo país otra vez volvió a quedar en la puerta de los 1.900 puntos y ni siquiera las posteriores aclaraciones de Nielsen calmaron demasiado los ánimos.

Por delante, la prioridad estará puesta -como se aclaró hoy- en dejar que el tipo de cambio fluctúe en un rango más o menos controlado (los $ 60 actuaría como un nuevo techo). Con un dólar estable se tranquilzarían rápidamente los pequeños inversores y también grandes que salieron a retirar depósitos en dólares y en pesos la semana última. Fue un movimiento incipiente pero que preocupó en el Central.

Y a partir de este compromiso de evitar una escapada del dólar con venta de reservas, si es necesario, se busca llegar con un clima de mayor tranquilidad a las elecciones presidenciales del 27 de octubre. Pero para eso también será necesaria la ayuda de Alberto Fernández. Una de sus definiciones clave deberá pasar por el futuro de la deuda, y luego el comunicar como estaría integrado su gabinete en caso de ganar los comicios. Pero es posible que para esto último aún haya que esperar un tiempo más.

Fuente: Infobae

 

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