Qué se dijeron Gallardo y Alfaro y otras intimidades de la cumbre de entrenadores de la Conmebol

0
412
Una vez concluido el evento, los entrenadores se dirigieron a una zona privada en la que almorzaron y tuvieron un tiempo más para debatir. Los argentinos fueron mayoría y hubo tela para cortar.

Desde temprano el clima en Asunción anticipó que sería una jornada húmeda, de esas que son casi imposibles de aguantar de no ser por el reparo de un aire acondicionado. Muy temprano fueron llegando los protagonistas de la cumbre. Incluso algunos se habían anticipado y arribado ayer.

Instalados en el hotel Bourbon, que pertenece al complejo de los alrededores del histórico edificio de la Conmebol, los entrenadores fueron transitando los 150 metros de sendero que los separa de la sala de convenciones en la que se llevó a cabo la cumbre.

Alejandro Domínguez (presidente de la casa madre) tomó la palabra y luego fue el turno de los técnicos, que hasta tuvieron lugar para elevar consultas, inquietudes y reclamos. Gustavo Alfaro fue el más decidido a revisar el reglamento; Marcelo Gallardo, con prontuario, optó por el silencio. El español Miguel Ángel Portugal (Jorge Wilstermann) y Miguel Ángel Russo apuntalaron al DT de Boca, antes del cierre de Wilson Seneme (presidente de la Comisión Arbitral), que expuso las metodologías del VAR, y Osvaldo Pangrazio (responsable de la Comisión Médica y Unidad Antidopaje). Anteriormente habían disertado otras autoridades oficiales como José Astigarraba (Secretario General de la Conmebol) y Mariano Zavala (Unidad Disciplinaria).

Domínguez condecoró delante de sus colegas a Gallardo, vigente entrenador campeón de América, y más tarde fue el turno de la foto final, con 25 de los 32 estrategas de los equipos que participan de la actual edición de la Copa Libertadores.

Separados del corralito de prensa, los protagonistas atravesaron un portón doble para cambiar de salón y quedar al pie de la entrada del Museo de la Conmebol. Antes sortearon un pasillo con cámaras y grabadores, la mayoría de ellas pertenecientes a medios locales. Algunos por amabilidad -y quizás por no ser tan requeridos como los de más renombre- se detuvieron a cruzar palabras con los periodistas apostados detrás de las vallas. Alfaro continuó su andar sereno, con las manos en los bolsillos, hasta la zona del comedor. Gallardo pasó raudamente e hizo señas: «En un rato vengo».

La prensa se agolpó ante la presencia de los «locales» Garnero (Olimpia), Fernando Jubero (Cerro Porteño) y Nery Pumpido (campeón de la Libertadores como DT de la «O»). Los colombianos Faryd Mondragón y Francisco Pacho Maturana se detuvieron y soltaron un rato la lengua. Russo aportó lo suyo. Los brasileños, educados, sonrieron pero apuraron el paso.

Del otro lado del banner de la Cumbre con el logo de la Conmebol se escuchaban los ruidos de platos y cubiertos. Los entrenadores se servían agua, jugos o gaseosas y degustaban patas de pavo y pinchaban con escarbadientes algunos dedos de pollo, con aceitunas, rebozados, entre otras invitaciones gastronómicas desplegadas a lo largo y ancho de cinco mesas.

Gallardo sació un tanto su apetito y alborotó a la prensa con su aparición. Había dormido poco (su vuelo de Ezeiza a Asunción partió pasadas las 6 de la mañana y voló en el asiento número 1 al lado de sus colaboradores Matías Biscay y Hernán Buján) pero soportó estoico las 4 horas de presentación, inclusive siendo protagonista de la plática. Así y todo, guardó energías para atender entre 10 y 12 preguntas de la prensa internacional. El apoyo que le dio Alfaro, la cumbre de la conmebol, la baja de Juanfer Quintero y la chance de reemplazar al colombiano, los temas de turno. Una vez cumplido el compromiso, regresó al otro wing en una mesa alta (como las que se observan comúnmente en las cervecerías artesanales de hoy) y se unió a la charla futbolera a Lucas Bernardi, Mariano Soso, Claudio Vivas y Daniel Garnero.

Alejado de ese sector estuvo Alfaro, rodeado de un séquito brasileño conformado por Mano Menezes (Cruzeiro), Tiago Nunes (Atlético Paranaense) y Odair Hellmann (Inter de Porto Alegre). Ojo, los técnicos de Boca y River ya se habían cruzado a primera hora. Hubo mucha camaradería y respeto mutuo, aunque no profundidad. De hecho Alfaro ni siquiera llegó a anticiparle al Muñeco que lo respaldaría públicamente por sus «indebidas» (y condenadas) acciones de la Libertadores pasada. Tras escucharlo ante todos, el de River le agradeció las palabras personalmente al de Boca. La rivalidad se hizo a un lado en busca de hallar mejoras en sus labores. En ese aspecto tiraron todos para el mismo lado.

Con la retirada de Gallardo, la mayoría de los medios se despidieron. Apenas dos -más Infobae– aguardaron por el mano a mano con Alfaro, que se demoró un tanto más de lo esperado. Es que Lechuga, al igual que Gallardo, fue uno de los más solicitados por sus colegas. Tanto para hablar del deporte que los une como para sacarse alguna foto o selfie. Así fue que de un lado Mondragón (siempre con Maturana cerca) le pidió a Gallardo que posara con él para una instantánea y, del otro, Leonardo González (Deportivo Lara) hizo lo propio con Alfaro antes de decirle adiós.

Gonzalo Belloso, funcionario de la Conmebol, formó parte de la mesa canalla conformada por Russo, José Chamot (Libertad de Paraguay) y Cocca, recién presentado en Rosario Central. Y hubo oposición leprosa con Bernardi (Godoy Cruz), Vivas (Sporting Cristal), Pautasso (Melgar) y Mariano Soso (Emelec). Hubo chicanas con altura. Hasta en el baño se oyó que uno de los identificados con Newell’s le deseó, con una risa socarrona, «el menor éxito posible» a Cocca en su nueva aventura.

Mientras los españoles Portugal y Jubero formaron su propio centro de diálogo y el boliviano William Ramallo anunció su salida anticipada del San José de Oruro para dejarle la plaza al DT chileno Miguel Ponce que firmó de la mano del ex arquero de Boca Carlos Lampe.

Algunos vasos miniatura con dulces, cremas y ensaladas de frutas que poblaron la mesa de postres se fueron agotando como la batería corporal de los presentes. Caballeroso como de costumbre, Alfaro no volvió al hotel para alistar su retorno a Buenos Aires sin antes tomar contacto con los medios.

En la puerta de ingreso, el extravagante Alberto Gamero, luciendo su tupida cabellera, se saludó con el técnico xeneize al que ya enfrentó en la Bombonera y recibirá en Colombia con su Deportes Tolima. Y al mismo tiempo que leía un Whatsapp, se fundió en un cálido abrazo con un jugador de La Equidad, concentrado en el hotel junto a su delegación de cara al partido contra Independiente de Paraguay por la Copa Sudamericana.

El DT de Boca, Cocca y Jorge Almirón fueron unos de los primeros en realizar el checkout. El reloj marcaba las 17.20 y Gallardo, Bernardi, Soso y Vivas seguían dedicando vocablos al fútbol, su deporte predilecto, sobre unos sillones contiguos al bar del hall del complejo hotelero Bourbon, como si recién comenzara el día.

La charla futbolera se extendió más de la cuenta. Dio para rato.

FUENTE: Infobae

Comentários no Facebook