Por qué Argentina jugará en un estadio ambientado con sus colores

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Cualquier desprevenido podría pensar que eso se debe a una suerte de homenaje a la presencia aquí de un ídolo a nivel mundial como Lionel Messi.

Los croatas que vengan al estadio FC Olympiets, en Nizhny Novgorod, tendrán una primera impresión inevitable: se sentirán algo desamparados, visitantes como pocas veces en sus vidas. El motivo no es la invasión de más de 20 mil hinchas argentinos: se trata de un escenario pintado de celeste y blanco, casi como si fuera una casa especialmente ideada para que sea local la Selección Argentina.

Cualquier desprevenido podría pensar que eso se debe a una suerte de homenaje a la presencia aquí de un ídolo a nivel mundial como Lionel Messi o al seleccionado argentino por su aporte a la historia del fútbol en general. Nada de eso. El celeste y el blanco que configuran su estructura externa, más el azul que se le suma a esos colores en las plateas, se deben al clima característico de esta ciudad, la quinta en importancia de Rusia detrás de Moscú, San Petersbirgo, Novosibirsk y Ekaterimburgo: el blanco y el celeste son por el agua y el viento. Aquí llueve mucho y el viento sopla con fuerza, algo que se pudo constatar durante buena parte del miércoles.

A primera vista, el contorno del campo de juego produce el agradable impacto de los estadios modernos, potenciado en este caso porque pareciera tratarse de un aliento subliminal para Argentina. Impactante, la estética empezará a quedar disimulada a medida que los hinchas empiecen a poblar las tribunas y el blanco y celeste de las butacas le dé lugar a los colores que lleven las ropas de sus ocupantes.

Con una capacidad para 55.300 personas, para su construcción se invirtieron 277 millones de dólares. Tiene tres bandejas principales y dos niveles de entrepisos. Está ubicado cerca de los ríos Volga y Oká, que atraviesan la ciudad, en una zona deportiva que incluye un club náutico y un canal de remo. A lo lejos se divisa el Kremlin, uno de los principales atractivos turísticos de esta ciudad, situado en el lado opuesto del Volga. Y también está cerca de otro lugar emblemático de Nizhny: la catedral Alexander Nevsk.

Disenado por el arquitecto ruso Valery Lukomsky, cuenta con un techo semitransparente y a la noche se lo suele ver iluminado de blanco, otra caricia para la vista. El techo, que parece flotar sobre un aro de columnas, pesa más de 11.000 toneladas, pero al ser semi traslucido transmite la sensación de ser una cubierta ligera.

El sector VIP es sencillamente espectacular, ya que cuenta con suites con mesas que simulan a un restorán de categoría. Allí hay camareras que atienden a los hinchas que pagaron las entradas, con un precio que ronda los 1.000 dólares por estar en ese lugar preferencial.

Al igual que en el resto de los estadios mundialistas, las medidas de seguridad con las que cuenta son extremas: sistemas de alarma, detectores de metales, escáneres de líquidos peligrosos y sustancias explosivas y 30 puestos de vigilancia permanente.

Cuando pase la fiebre mundialista, aquí volverá a jugar de local el FC Volga Nizhny Novgorod, un equipo de la Segunda de Rusia. Además, se usará para recitales y espectáculos de todo tipo. Y está previsto que a su alrededor se levanten un parque, estacionamientos, canchas de baby fútbol y también de tenis.

Argentina volverá a ser local esta tarde ante Croacia, aunque menos por el color de las tribunas y de su periferia que por la pasión desbordante que los hinchas llegados de todas partes del país y del mundo le ponen a cada partido.

FUENTE: Infobae Deportes

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