La abogada querellante Adriana Gentile sólicitó hoy prisión perpetua para el represor Luciano Benjamín Menéndez por delitos de lesa humanidad cometidos en perjuicio de Rita Ales de Espíndola, Mario Jofre y María Luz Mujica de Ruarte, en el juicio de la megacausa La Perla, que comenzó el 4 de diciembre de 2012.
El juicio oral que ingresó ya en Córdoba en la etapa de alegatos acumuló 20 expedientes, con un total de 716 víctimas de la cuales 279 están desaparecidas, otras 71 son asesinados cuyos restos fueron hallados e identificados, 13 murieron en la torturas y un hijo de desaparecidos nacido en cautiverio, nieto de la titular provincial de Abuelas de Plaza de Mayo, Sonia Torres, fue sustraído.
Menéndez, ex jefe del III Cuerpo del Ejército, recibió en juicios anteriores siete condenas con pena de reclusión perpetua, dos de prisión perpetua, una de 20 años de prisión y otra de 12 años, entre las cuales tres condenas a reclusión perpetua ya se encuentran firmes.
En este juicio las querellas, cuyos alegatos están en desarrollo, volvieron a pedir prisión perpetua para Menéndez y también para otros acusados de crímenes de lesa humanidad cometidos en perjuicio de numerosas víctimas.
En cuanto a los casos que representa Gentile, uno de ellos es el de Alé de Espíndola, secuestrada en Córdoba el 9 de diciembre del 1977, embarazada de seis meses, durante el «Operativo Escoba» destinado al aniquilamiento de integrantes del Partido Comunista Marxista Leninista (PCML).
Según el relato de Gentille, abogada del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj), pese al embarazo Alé fue torturada en el centro clandestino de detención de La Perla, llevada luego para dar a luz a la llamada Quinta Funes, en la provincia de Santa Fe pero, a raíz de una fuga en ese lugar, devuelta a La Perla.
Finalmente, el 1 de marzo de 1978 fue llevada al Hospital Miltiar de la ciudad de Córdoba, donde entre el 3 y 5 de ese mes dio a luz una niña, que fue entregada a su abuela.
La letrada recordó luego que el fallecido imputado en esta causa Guillermo Bruno Laborda reconoció que Alé de Espíndola fue fusilada y su cuerpo incinerado y ocultado, por lo que aún permanece desaparecida.
Gentille alegó también por el caso del sobreviviente Mario Jofré, secuestrado en mayo de 1978 y liberado luego de estar entre 30 y 40 días en el centro de detención «La Perla Chica» o «La escuelita», frente a La Perla.
