Irán alcanza un histórico acuerdo nuclear con los países occidentales

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Las seis potencias del grupo P5+1 e Irán han alcanzado ya el acuerdo «completo» sobre el controvertido programa nuclear de la República Islámica.

«Ya tenemos acuerdo», ha asegurado la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, tras dos años de negociaciones.

El objetivo de este pacto es comprobar el «carácter exclusivamente pacífico de las actividades atómicas persas». A cambio, el documento premia, con algunas condiciones, a Irán, al otorgarle la derogación gradual de las sanciones internacionales que agobian su economía, y que se adoptaron precisamente debido a las incertidumbres sobre su programa nuclear.

En cuanto a los pocos (pero delicados) asuntos que habían provocado las disensiones residuales entre las partes en las últimas dos semanas, la agencia de prensa iraní IRNA ha señalado que el entendimiento prevé mantener el embargo internacional sobre suministros de armas a la República Islámica durante 5 años.

Otro embargo, precisamente el unilateral de Estados Unidos sobre la venta a Irán de tecnología para misiles balísticos, permanecerá en vigor durante 8 años. Finalmente, no han sido satisfechas las exigencias iraníes de que esos dos embargos se derogaran ya o, en todo caso, pronto. Asimismo, el levantamiento progresivo de todas las sanciones internacionales vigentes contra Teherán estará supeditadoal cumplimiento del acuerdo por parte de la República Islámica.

Visitas de los inspectores

La comprobación de este cumplimiento estará encargada al OIEA (Organismo Internacional de la Energía Atómica), que ya efectúa inspecciones y controles sobre el programa nuclear de Irán. Por tanto, el levantamiento progresivo de las sanciones contra este país no podrá empezar antes del primer semestre de 2016, después del informe definitivo que el OIEA prevé emitir en el próximo diciembre sobre la naturaleza del programa atómico persa.

En cuanto uno de los seis países del P5+1 sospechara un incumplimiento iraní, se convocaría una reunión de una comisión de arbitraje, que valoraría la acusación contra Teherán y, de considerarla creíble, demandaría a la República Islámica ante el Consejo de Seguridad de la ONU. Si se averiguara un incumplimiento del acuerdo por parte de Irán, las sanciones que se hayan revocado podrán imponerse de nuevo a ese país en un plazo de 65 días.

                                       Mogherini (UE) con el ministro iraní de Exteriores, Javad Zarif. | REUTERS

Otro motivo residual de desencuentro en las negociaciones entre el P5+1 e Irán estaba relacionado con las reglas sobre las inspecciones del OIEA en sitios militares de Irán eventualmente sospechosos de albergar actividades nucleares no pacíficas. Según una fuente occidental, la República Islámica al final ha conseguido que las visitas del OIEA a esos sitios tengan que ser previamente solicitadas, como prevé el Protocolo Adicional de Irán al Tratado de No Proliferación nuclear, que Teherán se ha comprometido a ratificar.

Por tanto, esas inspecciones no podrán ser repentinas. Además, Irántendrá el derecho a rechazar aquellas que perjudiquen su seguridad nacional. El director general del OIEA, Yukiya Amano, ha dado a conocer que este organismo ha firmado hoy con Irán un plan de trabajo para llevar a cabo dentro de este año las inspecciones en la República Islámica que permitan esclarecer el verdadero carácter del programa nuclear de Teherán, y redactar el informe definitivo al respecto.

Este documento debería pronunciarse, entre otras cosas, sobre la cuestión de «las posibles dimensiones militares» del programa atómico persa, aún no descartadas por el OIEA. Amano ha anunciado también que se ha puesto de acuerdo con Irán sobre las visitas al sitio militar persa de Parchín, donde el organismo quiere averiguar si se practican o no actividades nucleares no declaradas.

Todavía se desconoce exactamente cómo ha sido resuelto un tercer motivo de desencuentro que había permanecido hasta hace unos pocos días entre el P5+1 e Irán, en concreto sobre los tiempos y el alcance de la reanudación de la investigación y el desarrollo nuclear por parte de la República Islámica.

De todas formas, el acuerdo alcanzado hoy en Viena confirma todas aquellas restricciones técnicas y duraderas al programa nuclear de Irán que las partes ya habían consensuado esencialmente el pasado abril en Lausana. Entre otras cosas, el entendimiento limita el nivel de enriquecimiento de uranio por Irán al 3,67%, para que sólo pueda utilizarse con fines civiles y no para la construcción de bombas atómicas.

Entre otras cosas, el acuerdo de Viena obliga a Irán a desmantelar temporalmente más de dos tercios de sus 19.000 centrifugadoras para el enriquecimiento de uranio. Durante una década, la República Islámica sólo estará autorizada a utilizar 6.104 de esas instalaciones. Entre ellas, solamente 5.060 podrán producir combustible para la única central eléctrica nuclear del país (ubicada en Bushehr), y eventualmente las demás tres o cuatro, cuya construcción está programada en los próximos años con la ayuda tecnológica de Rusia.

El presidente de Irán, Hasán Rohaní, ha valorado el acuerdo nuclear entre su país y las potencias del Grupo 5+1 como «un triunfo de la diplomacia» y ha manifestado que servirá como «buen comienzo» para unas nuevas relaciones internacionales.

En un mensaje colgado en la red social Twitter, prohibida en Irán pero cuyos líderes la emplean con asiduidad, Rohaní expresó que el acuerdo nuclear será un instrumento que termine con una época de «exclusión y coerción» en las relaciones entre países, según informa Efe.

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