Las 13 frases más impactantes de la entrevista de Diego Lagomarsino con Rolling Stone Argentina

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Testigo de una historia que define una época en el país, el técnico informático Diego Lagomarsino, único imputado en la investigación por el fallecimiento del Alberto Nisman y dueño del arma que mató al fiscal, reveló en una extensa entrevista con la revista Rolling Stone cómo cambió su vida desde el pasado 18 de enero.

El reportaje, realizado por el periodista Pablo Plotkin, saldrá publicado en la edición de marzo de Rolling Stone. Aquí, algunos de los pasajes y frases más destacadas de un personaje clave en la trama detrás del caso Nisman:

  • «El flaco labura con un fiscal que lleva la causa más grosa del país, no va la fiscalía, trabaja a requerimiento, cobra 40 lucas -aunque en realidad me quedaban menos de 30, restando los impuestos-, es experto en informática… (sic.) Doña Rosa se debe imaginar que yo trabajaba con satélites de la NASA. Algo raro hay ahí, ¿no? O se lo garcha, o le hace la inteligencia, o no sé qué.»
  • «Lo mío es más el hardware. Yo digo que soy un intermedio entre un psicólogo y un técnico, porque estaba entre el usuario y la máquina. Mirá vos: ¡hablo de mi trabajo en pasado! (…) Todo el tiempo busco el reconocimiento del otro, es algo que estoy viendo con la psicóloga. El que digan: ‘Che, qué genio Diego que me resolvió el problema que tenía en el iPhone’.»
  • «Sinceramente, por momentos me sentía más un psicólogo. O sea, yo no soy Bill Gates. En este trabajo uno tiene que lidiar con las limitaciones del otro y con las propias.»
  • «(…) Él tenía una particularidad: te contaba lo que quería él, y no iba más allá. Si él te decía -y pongo un ejemplo totalmente fuera de la realidad-: ‘Voy a pedir la detención de Cristina’, y vos le decías, ‘Ah, mirá vos, ¿y cómo creés que pegaría esto…?, él enseguida te interrumpía: ‘No, pará, pará, ¡no me empieces a hacer preguntas como me hacen todos!’ Se enojaba rápido[Mira hacia arriba, como si le hablara directamente a Nisman] No te estoy criticando… (sic.) Fijate la capacidad de trabajo que tenía: tuvieron que poner un equipo de cuatro fiscales en la investigación AMIA para reemplazarlo.»
  • «¿Vos tenés consolador en tu casa?» (…). «¿Te chocó la pregunta la pregunta? Bien. A mí me chocó de la misma forma que Nisman me pregunte por un arma. Mi pensamiento fue: ‘¿Qué está diciendo este pibe?’ Si Nisman me hubiera dicho ‘¿me conseguís merca?’, ponele, como están diciendo ahora yo le llevaba droga, me hubiera sonado igual de delirante.»
  • «Uno está preparado para ciertas emergencias: un corte de luz, un accidente doméstico, pero un fiscal que teóricamente se mata con un arma tuya… Hasta ahí yo todo lo que sabía es que le había dado un arma y que dos días después había aparecido muerto. Llamo al esposo de un amiga, abogado, y no me contesta. Llamo a un amiga que es juez de Lomas y le digo: ‘Pasó esto, ‘¿qué hago?’ Me dice: ‘Averiguate cuál es el juzgado y andate a Tribunales’.»
  • Mientras iba manejando bajo la lluvia por Panamericana camino al Centro, encendió la radio para escuchar detalles del caso. En Mitre, Marcelo Longobardi estaba entrevistando a Nisman. Era una grabación, por supuesto, pero el efecto que tuvo sobre Lagomarsino fue dramático (…). «Se me puso negra la visión, literalmente. Me bloqueé.» (…) «Me desvanecí.» (…) «Mirá las cosas que se hubieran dicho si el único testigo se mataba en la Panamericana. ¿Ves que las casualidades existen?».
  • «No, no tengo ninguna idea de lo que pasó, porque se me contradice todo. Pienso ‘se suicidó’ y no me parece razonable, considerando su personalidad y la situación en la que estaba. Entonces pienso ‘ah, se mató porque lo estaban apretando’. No, pará, también sería muy extraño. ¿Y si había un tipo adentro? Todo se me mezcla, y gracias a Dios no soy el que tiene que investigarlo».
  • Afuera del bar lo espera un Renault con dos custodios que le asignó el Ministerio de Seguridad por orden directa de la Presidenta. (…) «Cristina primero me pelea pero después me cuida.»
  • «No soy ningún estafador, no maté a nadie, no hice ninguna cosa rara, pero a veces parece que tenés que convencer a los demás. El otro fin de semana estuve muy mal. Pésimo. Te juro que si no tuviera hijos… Es como que me caen las fichas. Al principio estaba con mucha adrenalina y no entendía nada…» (…) «Soy un pelotudo. Sabés qué pasa… Que me cague la vida yo es una cosa, pero que se la cague al resto… No tiene nada que ver, ¿entendés? Se la cago a mi mujer, se la cago a mis amigos, se la cago a mis hijos. Se la cago a todo el mundo.»
  • «Obviamente si no me cuetié con eso no me cueteo con nada. En un momento Fito dice: ‘Ya no existen lazos, al menos para mí, ya tomé pastillas y sigo sin dormir…’ Ese ‘track, track’ lo tengo acá (se señala la sien), todo el tiempo.»
  • «Yo puedo hablar de cualquier cosa». (…) «Podemos hablar todo el día de Banfield… Pero él hablaba sólo de lo que él quería. Insisto [vueve a mirar para arriba]: No te estoy criticando…(sic.) Son rasgos personales. Era muy obsesivo.»
  • «Alberto me dijo que el arma era para cuidar a sus hijas. Mi error fue decir que sí pero, sabés qué, hoy dudo que haya sido un error. Estoy diciendo una estupidez, pero ¿qué pasaba si con esa pistola evitaba que le pegaran un balazo, o que les hicieran pasar un mal momento a sus hijas? Es algo que me planteé 20 mil veces por noche».

 

 

Fuente: Rolling Stone Argentina

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